El Papa a los obispos del interior de Italia: la caridad y la esperanza los sostienen

A la pobreza de valores de hoy y al individualismo que genera soledad y despilfarro, los cristianos deben responder “poniéndose en marcha” con apertura y disponibilidad para “hacer nuevas todas las cosas”. Francisco animó con fuerza a los obispos de algunas regiones italianas reunidos en Benevento hasta el 31 de agosto para un plan de relanzamiento territorial.

Gabriella Ceraso e Isabella Piro – Ciudad del Vaticano

Afrontar con “audacia” los problemas del territorio, ser una presencia consoladora allí donde el malestar es mayor y testimoniar, con especial atención a los que están en dificultad, “el amor experimentado en el encuentro con Jesús”. Así lo dijo Francisco en su carta de saludo y cercanía al encuentro de los obispos de las zonas internas, que se ha inaugurado hoy en Benevento en el Centro de la Paz.

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Durante los dos días que duró el evento, el objetivo de los obispos era elaborar un plan para la reactivación pastoral de los territorios italianos, que cada vez tienen que hacer frente a la marginación, la despoblación y la crisis económica. Participan más de 20 obispos de las diócesis de Piamonte, Umbría, Lacio, Abruzos, Molise, Campania, Apulia, Basilicata y Calabria.

Las parroquias deben convertirse en gimnasios de la vida cristiana

La preferencia del Papa en este momento de encuentro “en comunión y fraternidad” es animar a los obispos. “No os dejéis paralizar por las dificultades”, por “el individualismo y la indiferencia” que marcan -escribe- nuestro tiempo. Es necesario responder como cristianos con “caridad” y “poniéndoos en marcha”: no a la “constatación resignada de la pobreza de valores de hoy” por tanto o al “lamento nostálgico del pasado”. Según Francisco, es necesario transformar las parroquias y las realidades eclesiales en “gimnasios de vida cristiana, escuelas de servicio a los demás” y el modo de hacerlo se caracteriza por la “humildad” y la “ternura”.

Así que, en conclusión, el reconocimiento del Papa a esta importante iniciativa porque en la comparación se pueden identificar “actitudes y proyectos útiles para la población”.

Las primeras intervenciones: diálogo, sinodalidad, interconexión

En la primera jornada de trabajo intervinieron el Secretario General de la Conferencia Episcopal Italiana y el Arzobispo de Benevento. Las zonas del interior de Italia son “una riqueza absoluta, si se valoran adecuadamente y se les devuelve su dignidad” y pueden “convertirse en los pulmones del país”, dijo Monseñor Stefano Russo, secretario general de los obispos italianos. En primer lugar, el prelado recordó el antiguo compromiso de las comunidades cristianas en estos territorios, que se enfrentan a “la marginación y la despoblación” y para los que representan “uno de los pocos puntos de referencia, a veces el único, incluso a nivel social”. Y es que, explicó, las comunidades cristianas saben arraigarse en los territorios, combinando siempre “la dimensión local y la apertura universal” y, sobre todo, “saben hacer el esfuerzo de superar el fatalismo y la resignación y declinar el anuncio del Evangelio en formas cada vez más adecuadas a la realidad de las realidades en las que están insertas”.

Diálogo, interconexión y sinodalidad fueron, por tanto, los principios recordados por el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana para invitar a una “solidaridad profunda”, “circular, no unidireccional” para “hacer fructificar los dones del Espíritu”. El arzobispo de Benevento, monseñor Felice Accrocca, se pronunció en la misma línea, reiterando que “las zonas del interior necesitan apoyo económico, pero ante todo necesitan una planificación seria a medio y largo plazo, es decir, sobre todo inteligencia política”. De ahí la sugerencia de cambiar el criterio del número de población como “el único en base al cual asignar los recursos” y de incluir también una referencia a la porción y tipo de territorio que debe atender esa población específica”.

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