Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundoâ€, lo dijo el Papa Francisco antes de rezar la oración mariana del Ãngelus del último domingo de diciembre del año 2017.
Los padres custodios de la vida del hijo, no los propietarios
En su alocución del primer domingo después de Navidad, en la que se celebra la Fiesta de la Sagrada Familia, el Santo Padre invitó a reflexionar sobre la experiencia vivida por MarÃa, José y Jesús, mientras crecen juntos como familia en el amor recÃproco y en la confianza en Dios. “La expresión de esta confianza – afirmó el PontÃfice – es el rito realizado por MarÃa y José con la ofrenda del hijo Jesús a Dios: «Llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor» (Lc 2,22), como exigÃa la ley de Moisés. Los padres de Jesús van al templo para confirmar que el hijo pertenece a Dios y que ellos son custodios de su vida y no los propietariosâ€.
Dios origen y fuente de la vida
Este gesto, precisó el Papa, indica que solamente Dios es el Señor de la historia individual y familiar; y que todo nos viene de Él y por ello, toda familia está llamada a reconocer tal primacÃa, cuidando y educando a los hijos a abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida. “Por aquà pasa el secreto de la juventud interior, testimoniado paradójicamente en el Evangelio – señaló el Santo Padre – por una pareja de ancianos, Simeón y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el EspÃritu Santo dice a propósito del niño Jesús: «Este niño será causa de caÃda y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción […] asà se manifestarán claramente los pensamientos Ãntimos de muchos» (vv. 34-35)â€.
El Niño Jesús nos revela el rostro auténtico de Dios
Estas palabras proféticas, afirmó el Papa Francisco, revelan que Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios y también de nosotros mismos; para “contradecirâ€, precisó el PontÃfice, las seguridades mundanas sobre las cuales pretendemos apoyarnos, pero también dijo el Papa, para hacernos “renacer†a un camino humano y cristiano auténtico, fundado en los valores del Evangelio. “No existe alguna situación familiar – señaló el PontÃfice – que esté cerrada a este camino nuevo de renacimiento y de resurrección. Cada vez que las familias, incluso aquellas heridas y marcadas por la fragilidad, fracasos y dificultades, regresan a la fuente de la experiencia cristiana, se abren caminos nuevos y posibilidades inesperadasâ€.
El gozo de ver crecer a los hijos con sabidurÃa y gracia
Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco recordó también, que hoy el Evangelio nos habla de esta gran alegrÃa de la familia de ver crecer a los hijos. “Ellos están destinados a desarrollarse y fortificarse, a adquirir sabidurÃa y a acoger la gracia de Dios, justamente como sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabidurÃa y la gracia de Dios está sobre Él. MarÃa y José tienen el gozo de ver todo esto en su hijo; y esta es la misión a la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y pleno de los hijos, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundoâ€.
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