Papa: dentro de un año la apertura de los archivos sobre Pío XII


Papa: dentro de un año la apertura de los archivos sobre Pío XII

 

El Papa Pacelli es una figura que aún sebe ser estudiada a fondo, fue el protagonista de una gran obra de caridad a favor de todos los perseguidos, reinó en los difíciles años de la posguerra, indicando el camino para reconstruir, a través de la democracia, todo lo que de bueno había sido eliminado por el conflicto
 

Andrea Tornielli – Ciudad del Vaticano

Una cierta publicidad lo retrata como el último representante de una Iglesia anclada en el pasado, subrayando sólo la discontinuidad con su santo sucesor. Sin embargo, Pío XII, nacido Eugenio Pacelli, es una figura que aún debe ser estudiada a fondo y esto será facilitado en el momento de la apertura de los archivos vaticanos relativos a su pontificado. El Papa Pacelli, conoció de cerca las páginas oscuras del siglo XX, fue rehén de los revolucionarios bolcheviques, vio nacer el nazismo del cual, siendo un joven nuncio apostólico en Múnich, había constatado la peligrosidad, llegando a escribir en una carta al cardenal Pietro Gasparri “que el nacionalismo era quizás la herejía más peligrosa de nuestro tiempo”.

Como secretario de Estado, fue el fiel colaborador de Pío XI, compartiendo su aversión a las ideologías totalitarias, pero también su intento de encontrar un modus vivendi con los Estados más hostiles que garantizara un mínimo de libertad a los cristianos. Se convirtió en Papa hace exactamente ochenta años, en la víspera de una guerra que habría causado más de cincuenta millones de muertos, culminada en el abismo de la Shoah, el genocidio de seis millones de judíos perpetrado por los nazis.

Fue un Papa exaltado y muy amado en vida. Se le concedió el título de defensor civitatis, protagonista de una gran obra de caridad a favor de todos los perseguidos. Reinó en los difíciles años de la posguerra, indicando el camino para reconstruir, a través de la democracia, todo lo que de bueno había sido barrido por el conflicto. Fue protagonista en acontecimientos políticos italianos cruciales. Un cierto debate historiográfico, hoy finalmente menos animado, lo presentó como el “Papa de los silencios” por su actitud durante el Holocausto.

Pero un juicio más sereno y profundo sobre su pontificado ayuda a comprender cómo el Papa Pacelli, con sus decisiones y su magisterio, haya sido un puente entre una época y otra, incluso en el ámbito eclesial. Fue él en 1952, durante la Guerra Fría,  quien en primer lugar actualizó, precisamente con respecto al comunismo,  la tradicional distinción cristiana entre error y errante.

El Papa Pacelli publicó documentos doctrinales muy importantes y contribuyó a los desarrollos consagrados por el Concilio Vaticano II, convirtiéndose en el Pontífice más citado: abrió la aplicación del método histórico-crítico para el estudio de la Biblia, apoyó el movimiento litúrgico y renovó los ritos de la Semana Santa. Tomó en consideración la hipótesis evolutiva, abrió a los métodos naturales de paternidad y maternidad responsables, internacionalizó el Colegio Cardenalicio y en 1946 quiso lo que por 55 años quedaría como la “creación” de nuevos cardenales más grandes de la historia. Canonizó, como porcentaje de las ceremonias presididas, el mayor número de mujeres, más que todos sus predecesores y sucesores.

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