Card. Brenes pide al presidente detener el ataque armado en Carazo

Ciudad del Vaticano

Nueva jornada de violencia en Nicaragua: al menos 14 personas fueron asesinadas a causa de los ataques del régimen del presidente Daniel Ortega, en un enfrentamiento entre antimotines y paramilitares con manifestantes en el suroeste del país, en un atmósfera candente que amenaza el progreso del diálogo nacional, un día después de que el mandatario descartara adelantar las elecciones.

Las víctimas pertenecen a las ciudades de Matagalpa, Jinotepe, Diriamba y León; donde las fuerzas de seguridad, con el apoyo de los grupos de choque, volvieron a atacar a la población civil.

El card. Brenes pide al presidente que detenga la violencia

En este contexto, en una misa celebrada en la Catedral de Managua el domingo 8 de julio, el cardenal Leopoldo Brenes pidió a Ortega; a la vicepresidenta, Rosario Murillo; y al subdirector de la Policía Nacional, Francisco Díaz, “detener las acciones que ejecutan los civiles armados”, en referencia a un ataque que comenzó ese mismo día en los municipios de Carazo y que dejaron, hasta el momento, al menos un muerto.

“Hago un llamado al presidente Daniel, a doña Rosario y al comisionado general Francisco Díaz, que por favor, en el nombre de Dios, detengan esa acción (operativo en Carazo), que va a llevar más dolor, más tristeza al pueblo y quieran o no, esta situación la cargan sobre sus hombros”, dijo Brenes durante una homilía.

A primera hora de la mañana, los pobladores de los municipios de Carazo denunciaron el ingreso de decenas de camionetas con civiles armados, al tiempo que reportaron la primera muerte de la jornada, asesinada “a balazos”.

Brenes explicó que estos parapolicías tenían rodeadas la Basílica de San Sebastián, en Diriamba, y la parroquia de Santiago, en Jinotepe, impidiendo a los párrocos ingresar a los templos:“Para nosotros es muy triste lo que está pasando”, expresó el arzobispo de Managua.

“No tenemos derecho a quitarle la vida a nadie”

La crisis en Nicaragua cumplirá tres meses este 18 de julio y hasta la fecha se ha cobrado la vida de más de 300 personas.

“Detrás de estos 300 fallecidos hay 300 mamás, un buen número de esposos, un buen número de hijos, y el dolor de toda una patria, Nicaragua”, lamentó Brenes.

La iglesia Católica participa como testigo y mediadora en un diálogo nacional, en el cual la Alianza Cívica (universitarios, empresarios, campesinos y sociedad civil) han pedido adelantar las elecciones, como solución a la crisis en Nicaragua, pero ayer Ortega descartó esa posibilidad.

Por ello, el cardenal solicitó nuevamente a las autoridades que disponen de poder para frenar esta crisis.

“Que a ningún nicaragüense se le quite la vida, que no se le quite la vida a nadie…sea de la tendencia que sea, piense como piense. No tenemos ningún derecho a quitarle la vida”, concluyó el purpurado.

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