Papa: no usen la tierra como simple objeto descartable

En su discurso el Pontífice asegura que esta tierra tiene los nombres y los rostros de sus habitantes y además lleva el bellísimo nombre de la Madre de Dios

María Cecilia Mutual – Ciudad del Vaticano

¡Esta no es una tierra huérfana! ¡Tiene Madre! Lo afirmó con fuerza el Papa Francisco en su primer día de actividades en Perú, en su encuentro con la población en el Instituto Superior Jorge Basadre en Puerto Maldonado, tras finalizar el encuentro con los pueblos de la Amazonía en el Coliseo Madre de Dios.

La tierra de María

 

Son las palabras del saludo de un catequista que habla al Papa de su alegría por haber recibido su visita en esta “tierra olvidada y marginada” y que con convicción asegura “no somos tierra de nadie” las que inspiraron al Papa para recordar que también la Virgen María vivía en una aldea lejana, considerada también “tierra de nadie”.

El Papa les recuerda entonces que esta tierra que lo acoge, Madre de Dios, “¡no es una tierra huérfana, es la tierra de la Madre y donde hay madre no está ese mal terrible de sentir que no le pertenecemos a nadie”. “Y si hay madre, hay hijos, hay familia, hay comunidad” – asegura el Papa – y los problemas no pueden desaparecer pero pueden ser afrontados “de manera diferente”.

El Papa no deja de expresar cuánto es doloroso constatar que hay quienes quieren volver a Madre de Dios una tierra anónima, sin hijos, una tierra infecunda. Un lugar fácil de comercializar y explotar. Pero ¡ésta  – repite – no es una tierra huérfana! ¡Tiene Madre!

La cultura anónima del descarte

A los fieles presentes llegados no sólo de la Amazonía sino también de los Andes y demás países vecinos el Santo Padre vuelve a hablar de cultura del descarte como “una cultura que no se conforma solamente con excluir, sino que avanzó silenciando, ignorando y desechando todo lo que no le sirve a sus intereses; pareciera – nota Francisco – que el consumismo alienante de algunos no logra dimensionar el sufrimiento asfixiante de otros”. “Es una cultura anónima, sin lazos, sin rostros – asegura. Una cultura sin madre que lo único que quiere es consumir”. Y consume también la tierra, bosques y ríos usados hasta el último recurso y luego abandonados como “inservibles”.

Esclavitud: no es lícito mirar hacia el otro lado

 

El Vicario de Cristo habla claramente de esclavitud: esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro. “Duele constatar – añade – cómo en esta tierra, que está bajo el amparo de la Madre de Dios, tantas mujeres son tan desvaloradas, menospreciadas y expuestas a un sinfín de violencias”. Y con determinación afirma que “no se puede ‘naturalizar’ la violencia hacia las mujeres, sosteniendo una cultura machista que no asume el rol protagónico de la mujer dentro de nuestras comunidades. No nos es lícito mirar para otro lado y dejar que tantas mujeres, especialmente adolescentes sean ‘pisoteadas’ en su dignidad”.

Emigración y falsos dioses

 

En su discurso el Obispo de Roma retoma el tema de la inmigración recordando que tantas personas emigraron hacia la Amazonia en búsqueda de techo, tierra y trabajo y un futuro mejor para sus familias, abandonando sus vidas humildes pero dignas, atraídas por el falso dios del oro, que exige sacrificios humanos:

“Los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder lo corrompen todo. Corrompen la persona y las instituciones, también destruyen el bosque  – advierte el Papa. Y con su  aliento a seguirse organizando “en movimientos y comunidades de todo tipo para ayudar a superar estas situaciones, los insta a organizarse también como comunidades eclesiales de vida en torno a la persona de Jesús” que prometió vida verdadera, no ficticia.

“Amen esta tierra, siéntanla suya. Enamórense de esta tierra Madre de Dios, comprométanse y cuídenla, afirma finalmente el Papa. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a sus hijos”.

Entradas relacionadas