RECUERDA Y AGRADECE / REV. WILSON CUEVAS, PASTOR

RECUERDA Y AGRADECE
Decía Santa Teresa: “Recuerda y Agradece”, Todo lo que Dios ha hecho por ti y el modo como le has respondido. En vez de los frutos dulces, de amor, alegría y santidad que El espera de ti; le has ofrecido frutos amargos que son tus pecados. Dios siempre nos da nuevas oportunidades, no las desaprovechemos…

Las obras de Dios se hacen con los hombres de Dios. No debemos excluir a todos los que con buena voluntad, aunque con sus ideas y esquemas, intenta agregar un granito de arena a la construcción de una humanidad mejor. La actitud evangélica es saber que los bienes de Dios pertenecen a todos los hombres, sean bienes del espíritu o sean bienes materiales. Por eso todos debemos sentirnos comprometidos
a trabajar con entusiasmo y esperanza…

Nosotros ahora solo somos arrendatarios de la viña del Señor… Que arrendamiento nos pide? Los queremos pagar? Tratamos bien a sus enviados? Tenemos que reconocer que hemos sido malos administradores y no hemos producido los frutos que Dios espera de esta vina que es nuestra vida. Los malos empleados olvidaron al dueño de la viña; como Él estaba ausente se creyeron dueños y se negaron a entregarle lo que le pertenecía. Se apoderaron de lo ajeno. Se dedicaron a trabajar por su propio interés; a obtener ganancias y a disfrutar de su posición. El amor al dinero los corrompió la conciencia y no dudaron en sacrificar cuanto era obstáculo a sus intereses. No vacilaron
en golpear, herir, despreciar a las personas e incluso en matar a quienes les pedían cuenta. Nadie, ni siquiera el Hijo del dueño fue respetado. Todo lo sacrificaron por dinero.

Estos malos empleados existen en todos los tiempos de la historia humana, también en nuestros días… La corrupción no solo está en las autoridades. Se infiltra en todas partes. En los pequeños vendedores y en los grandes comerciantes, en el boticario que le atribuye poderes
sobrenaturales a las hierbas y amuletos… espiritistas que arrancan por un dólar la paz de la conciencia; otros mienten amor por placer. Nos parecemos a los empleados de la viña, cada vez que usamos o manipulamos a otros seres humanos para nuestros egoístas intereses. El Evangelio rechaza toda forma de corrupción en nuestras relaciones. Nos da una lección de honestidad… muchos hogares fueron campos de
Dios, donde se rezaba a Dios, se le invocaba, se le adoraba y se le obedecía y ahora son dominios de las pasiones, de los pleitos e insultos. Cuáles son los frutos que hoy está produciendo mi familia? El gran mal es olvidarse que el campo que tenemos es de Dios y que a Él le tendremos que rendir cuentas, más tarde que temprano! No olvidemos esto!!!

Contigo!
Rev. Wilson Cuevas, Pastor

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